Lo peor no fue la lluvia (era como si a Madrid se le fueran a acabar las oportunidades de lluvia en todo el año), lo peor fue, al terminar la carrera, caminar hasta el metro de Atocha bajo la lluvia, empapado, tiritando y con un estilo poco ortodoxo 🙂 (sin doblar las rodillas jeje, es lo que tiene llegar justo de entrenamiento).
Tampoco conseguí convencer a las chicas que daban las medallas que era un gran problema para mí volver a una casa con dos niños y una sola medalla… Lo intenté con tres de ellas y me encontré con unas profesionales infranqueables 🙂
Lo hemos resuelto con un sistema de turnos…
Pero todo lo demás fue muy bien, la lluvia hizo la carrera mucho más épica, me encantó correr bajo la lluvia en la Casa de Campo, me sentí muy feliz al llegar a la meta, me sentó de cine una ducha caliente y atizarme un cocido de suegra, tras tres días comiendo y cenando macarrones, y me encontré con una tarta sorpresa de chocolate para celebrar la carrera!
Dar las gracias a Nata, por hacerme la cobertura con los niños los fines de semana para los entrenamientos largos, a David, mi entrenador por wasap, por su paciencia con este alumno un poco díscolo, y a todos los que me habéis mandado mensajes de ánimo durante la carrera, incluida super-Ainaga que me animó en persona bajo la lluvia en el km. 34.
En cuanto recupere la movilidad prometo volver a las calles y, si todo va bien, repetiremos el año que viene, que espero que venga con más sol y mucho más Rock & Roll. Abrazo amigos y un par de fotos.


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