En 2008, los 9 participantes del Future Leaders Team for Sustainable Development (un precioso proyecto de generación de líderes para el desarrollo sostenible), imaginamos diferentes escenarios para 2020. Guardo un recuerdo genial de aquel grupo y del buen rollo que generamos.
En aquella edición, no solo imaginamos 3 escenarios, también los construimos con Lego, los analizamos y fotografiamos, y editamos un libro que se titulaba Innovación, competitividad y desarrollo sostenible. Claves empresariales para el 2020, y que después presentamos a medios en el Casino de Madrid.

Al llegar 2020 (ya sabes qué pasó), pensé que como visionarios no teníamos precio… pero ahora en marzo de 2022… pienso que nos adelantamos dos años… y que los escenarios no eran tan puros como los imaginábamos, sino que estaban mezclados entre sí.
Eran estos.
Escenario I. Equilibrio
Parecía el mas probable a priori. El ser humano caminando (ver imagen de abajo) por un (delgado) hilo (1.5-2º centígrados), con la amenaza de que el consumo de recursos provocara efectos sistémicos irreversibles sobre el clima y los ecosistemas.

En 2008 también sabes lo que pasó. La crisis financiera desvió (una vez más) la atención sobre cualquier otra cosa, y el desarrollo sostenible quedó en un plano secundario.
Pero la cumbre del clima de París de 2015 recuperaba este mismo sentido de equilibrio, los ODS de Naciones Unidas para 2030 también, y las conclusiones del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2021) también.
Estamos caminando por un hilo muy delgado.
Este escenario sigue en vigor (en mucho vigor) en 2022 y espero que la IA nos ayude (¡¡estoy en ello!!) a encontrar el equilibrio y no provocar efectos irreversibles en cascada.
Escenario II. Liberalismo cósmico
Este fue el escenario en apariencia más loco. Huir del cuerpo anfitrión. Buscar un plan B, bien para vivir, producir, llevar nuestra basura, o traer nuevos minerales para nuestros móviles-baterías-chips.
En aquel momento nadie podía imaginar que en 2021 sería el amartizaje del Perseverance. Un momento (super) emocionante, ¡comenzaba el liberalismo cósmico!
La exploración espacial había quedado aparcada tras la Guerra Fría (la anterior, porque me temo que no va a ser la última), y nadie esperaba el crecimiento fulgurante de SpaceX (Elon Musk), Virgin Galactic (Richard Branson) y Blue Origin (Jeff Bezos), todas ellas, empresas nacidas en este siglo.
Los tres mosqueteros están obsesionados con la conquista del espacio y eso va a mover la aguja.
La fase de liberalismo cósmico acaba de empezar y me muero de ganas por verla 🙂

Escenario III. Guerra fría
Y este escenario era el más feo, y aunque se esperaban tensiones geoestratégicas por el control de los recursos naturales (gas, petróleo), nadie imaginaba una nueva guerra en Europa (aunque la construimos parcialmente con Lego en 2008), kilómetros de tanques bombardeando Kiev, ataques retransmitidos por Twitter, y todo a la luz de la promesa del Metaverso…
Otro día hablaremos de Metaverso, sostenibilidad y desmaterialización, pero de momento siento una gran tristeza por volver al modo reptiliano = on, a los grandes egos, al lenguaje bélico, a relatos de mitad del siglo XX, y a perder el foco en trabajar unidos en los grandes retos a los que nos enfrentamos como especie (¡que son unos cuantos! habíamos quedado que 17 para 2030, ¿no?)

Me niego a pensar que el futuro sea esto
Pues eso. Me niego a pensar que este sea el futuro. Quiero creer que algún adulto entrará en algún momento en la habitación y mandará a los niños al rincón de pensar.
Pienso que la necesidad de equilibrio nos va a generar retos gigantes de sostenibilidad, que además son sistémicos, y no se nos da muy bien entender los sistemas complejos (el neocórtex está bien, pero no da para tanto, necesitamos un exocórtex pronto). Solo espero que nos dé tiempo a construir una IA antes, que haga de oráculo causal mejor que nosotros.
La exploración espacial nos va a generar retos cósmicos, apasionantes, y estimulantes para nuestra imaginación y espíritu aventurero.
Tenemos un presente-futuro alucinante, ¿de verdad nos lo vamos a pasar discutiendo? ¿podemos permitirnos perder otra década? ¿otra vez volver a la militarización? ¿no debería unirnos estar saliendo de una pandemia?
Harari explica que el ser humano domina el planeta a pesar de no ser el animal más fuerte, ni el más rápido, ni el más grande. Y lo hace por una cosa, por su capacidad para construir ficciones colectivas.
S-O-L-O (como si fuera fácil) necesitamos líderes (los mejores) que nos ayuden a enfocarnos en ficciones colectivas que nos unan, ¿de verdad es tan complicado?
Por favor, como dice Bostrom, ¡que los mejores de nuestra especie se pongan en pie! (¿algún adulto en la habitación?)
Si quieres contarme tu opinión, ya sabes dónde estoy. Aprovecho para mandar un abrazo enorme a mis amigos sostenibles: Mauricio Montaña, Esther Ureta, Rosa García, Alfonso Aranda, Alejandro de Miguel, Miguel Ángel Ordóñez, Ana Jara, Jesús Aisa y Beatriz Aylagas ❤️