Este post sobre cómo aprender más rápido y crear entornos de aprendizaje acelerado está escrito para personas que no tienen tiempo. O al menos que creen que no tienen tiempo, que no es lo mismo 🙂
Para personas con trabajos intensos, familias intensas, facturas, aficiones, y cientos de microgestiones y preocupaciones. Personas como tú y como yo.
Si tienes todo el tiempo del mundo para aprender lo que se te antoje y a tu ritmo me das una envidia insana, y seguramente no te haga falta seguir leyendo.
Pero si tienes poco tiempo, y quieres utilizarlo mejor, aquí van mis consejos.
Tabla de contenidos
- 1 Ponle foco. Define a qué áreas de conocimiento vas a prestarle atención este año
- 2 Crea el hábito de capturar todo lo que esté relacionado con tus áreas de interés
- 3 Reconfigura tu espacio para acercar el aprendizaje a menos de 20 segundos
- 4 Evita tener que pensar qué aprender a continuación. Hazte fan de las listas
- 5 Compra libros con voracidad, a mayor velocidad de los que seas capaz de leer
- 6 Divide el aprendizaje en trozos pequeños para aprender más rápido
- 7 Convierte tu baño en una escuela oficial de idiomas
- 8 Convierte tu desplazamiento al trabajo en una escuela de negocios
- 9 Encuentra momentos de hoja en blanco
- 10 Dedica un pomodoro al día a aprender
- 11 No tienes porqué estudiar siempre
- 12 Si te gustó este artículo
Ponle foco. Define a qué áreas de conocimiento vas a prestarle atención este año
Parece obvio, pero es lo primero y más importante. Ponle foco. Tienes que decidir qué quieres aprender.
Puede ser un conocimiento que necesites para mejorar en tu trabajo, o una competencia nueva que quieras potenciar. O puede ser algo que no necesitas en absoluto, o al menos no a corto-medio plazo, pero que te hace una ilusión terrible.
La ilusión y la curiosidad es el motor del aprendizaje. Para crear una cultura de aceleración del aprendizaje tienes que… disfrutar mucho de aprender.
El foco no es inmutable.
Lo que decidas aprender a partir de ahora no tiene porqué durar meses ni años. Yo reviso mis objetivos de aprendizaje cada año.
Tampoco tienes que dedicarle una semana a decidir qué quieres aprender. Seguro que ya lo sabes o intuyes.
Puedes empezar ya, ¡ahora mismo!, con lo que sabes ya que quieres aprender, e ir incorporando nuevas parcelas de aprendizaje.
Por ponerte un ejemplo, a mí me interesa mucho el Pensamiento en Sistemas y la Inteligencia Artificial Causal, como dominios de conocimiento, y la creatividad y la comunicación, como áreas de competencia. ¿Y qué hago con ello? ¡Siguiente consejo!
Crea el hábito de capturar todo lo que esté relacionado con tus áreas de interés
Una vez que te enfoques en una o varias cosas empezarán a aparecer delante de tus ojos (el Sistema Reticular te ayudará)
Usa un sistema (o varios – pero mejor uno que te vaya bien) para capturar todo aquello que pase por delante de tus ojos que tenga que ver con tus áreas de aprendizaje.
Si estás loco por algo, cada vez que encuentres un libro, artículo, curso, post, autor, podcast, lo que sea sobre el tema que te interesa, no vas a poder procesarlo, ¡porque en ese momento no tendrás tiempo para leerlo-verlo-escucharlo!
Por eso, lo que sí necesitas es capturarlo.
Hay muchas posibles maneras de hacerlo:
- En los favoritos de tu navegador, al que podrás acceder desde distintos dispositivos. Yo suelo agrupar mis intereses por meses que voy revisando después
- En los marcadores de LinkedIn. Todo artículo que te interese, márcalo para leerlo más tarde
- En el «ver más tarde» de Youtube, o en canales específicos
- Si son libros a leer, puedes tener una lista de compras privada o pública en Amazon
- En los favoritos de alguna herramienta de Feeds tipo Feedly, donde tienes todos los blogs que sigues y puedes marcar tus favoritos por temas
- En cualquier aplicación de notas, como Bear, OneNote o EverNote, todas geniales para guardar cosas. Yo las he usado todas y me encantan
- En aplicaciones específicas de gestión de la productividad. Yo uso Nirvana para capturarlo todo
- En notas de voz en tu teléfono…
- O al viejo estilo, en una libreta que lleves siempre contigo, aunque lo que seguro que llevas siempre contigo es tu teléfono, y allí puedes tener tu aplicación multidispositivo de «captura de cosas» (la que sea) para que nada se te olvide
Si nunca has usado nada de lo anterior para capturar lo que te interesa, yo empezaría por algo sencillo, un OneNote puede servir, con pestañas por áreas de interés.
Un mensaje importante: esto no solo lo hacemos para encontrar lo que nos interesa, sino porque las cosas tienen que estar fuera de tu cabeza. Tu cabeza no está para almacenar todo lo que pasa por delante de ti. Está para pensar sobre las cosas, no en las cosas.
Por eso es importante capturar cosas interesantes. Para que salgan de tu cabeza, queden almacenadas en tu sistema y puedan ser procesadas después.
Si yo no hiciera esto, mi cabeza explotaría por los aires 🙂
Cuando generas el hábito de capturar cosas en tu sistema tu mente se relaja, y puede seguir con el frenesí del día a día, porque, y es bueno que lo sepas, en (casi) ningún momento del día a día tendrás hueco para estudiar-aprender. Pero, cuando lo tengas… sabrás qué hacer si sigues estos consejos.
Siguiendo el ejemplo del consejo anterior, cada vez que algo de Systems Thinking pasa delante de mi… ¡lo capturo! ¡ya encontraré el momento de procesarlo! (después te cuento cómo)
Reconfigura tu espacio para acercar el aprendizaje a menos de 20 segundos
Si quieres aprender algo, tienes que tenerlo cerca. Tiene que ser de fácil acceso.
Por si no conoces la regla de los 20 segundos, se resume en colocar aquello que quieras hacer a una distancia inferior a 20 segundos (y alejar lo que no quieras hacer a más de 20 segundos)
El objetivo es que te cueste muy poca energía (la denominada «energía de activación») acceder al aprendizaje.
¿Algún ejemplo?
- Deja el libro que estés leyendo-estudiando encima de la mesa del salón. Que esté siempre accesible para que te sea fácil cogerlo y leerlo. Que solo te cueste estirar un poco el brazo cuando te sientes tras la cena.
- Si estás leyendo varios libros a la vez, tienes varias opciones, o dejas la pila en la mesa del salón (visible siempre), o los distribuyes estratégicamente por tu casa o tu oficina para diferentes momentos del día (mesilla de noche, salón, baño, etc.)
- Si estás haciendo un curso on-line, tenlo siempre abierto en una pestaña del navegador, para que continuar tu formación solo implique darle al play a la siguiente clase. No apagues tu ordenador, solo suspéndelo
- Si estás escuchando algún podcast, ten siempre capítulos descargados, para escucharlos en el coche o mientras corres, caminas, o te desplazas en transporte público.
Por ejemplo yo tengo ahora mismo 4-5 libros sobre mi mesa y diferentes artículos impresos en el portátil.
También tengo libros en la oficina y ¡hasta en el maletero del coche!
Si las cosas a aprender están lejos (a más de 20 segundos), te costará mucho más dedicarle algún momento durante el día.
Conviértete en un arquitecto de tu aprendizaje. Exponte a las cosas que quieras aprender. ¡Tenlas cerca!
Evita tener que pensar qué aprender a continuación. Hazte fan de las listas
Esto va en línea con los consejos anteriores.
Si ya sabes qué te interesa (qué foco o focos de aprendizaje) y si has desarrollado el hábito de captura, y además lo tienes cerca, cuando encuentres un momento libre… podrás utilizarlo para aprender.
En cambio, si encuentras un rato libre y no sabes qué aprender y/o no tienes material cerca, llenarás el tiempo con cualquier otra cosa, porque no tendrás tiempo para pensar qué aprender, buscar contenido interesante sobre la temática, y además, aprender.
Por eso: ten siempre material esperándote.
Ya vimos que es importante capturar cosas de interés y alimentar tu backlog de cosas a aprender, para que siempre haya material para ti.
Cada cierto tiempo (idealmente una vez a la semana) es conveniente que ordenes/priorices qué será lo siguiente de la lista que harás cuando encuentras tiempo, para que, cuando lo tengas… ni siquiera tengas que elegir por dónde empezar.
Compra libros con voracidad, a mayor velocidad de los que seas capaz de leer
Sí, conviértete en un comprador compulsivo de libros. Un libro siempre es una buena inversión. Por 15-20 € tienes el conocimiento-experiencia de una persona en tus manos.
En mi caso, si un libro me interesa mínimamente me lo apunto en mi lista de lecturas y, si supera un poco el mínimamente, me lo compro y pasa a la pila de libros pendientes, de la que voy cogiendo, literalmente, el libro que me apetece. Y suelo leer varios a la vez, alternando libros densos con ligeros, literatura con management, inglés con castellano.
Umberto Eco decía que el valor de su librería no era tanto por los libros que había leído, sino los que le esperaban por leer.
Mi consejo: lee siempre 2-3 libros a la vez (para que puedas escoger el que más te apetezca en función de tu momento-energía) y ten siempre 4-5 libros esperándote.
Así que, compra con regularidad. Mis amigos editores seguro que apoyan este planteamiento 🙂
Divide el aprendizaje en trozos pequeños para aprender más rápido
Cuando reviso mis listas o cuando trabajo en algo grande, trato de dividir las actividades en trozos pequeños, en concreto en actividades que pueda hacer en 30 minutos. Uso la técnica pomodoro desde hace tiempo, porque me ayuda a enfocarme.
Si el trabajo requiere más tiempo, trato de encontrar dentro del mismo, algunos trozos más pequeños que se pueden acotar, para ir devorando el elefante en pequeñas porciones.
Si piensas que esto es imposible, en mi caso, yo estoy escribiendo una tesis en filosofía, que me va a costar aproximadamente cuatro años, trabajando en fracciones de tiempo muy pequeñas. Pomodoro a pomodoro. Y dentro del texto de la tesis, especifico «dedicarle un pomodoro a explicar esto…». De esta manera, cuando vuelvo al texto y solo tengo 30 m., ya sé cómo continuar sin tener que pensar mucho (reduciendo la energía de activación)
Algo similar hago con la lectura de artículos o con los cursos on-line, que precisamente por eso me encantan (por sus clases en pequeñas porciones de 5-10 m.). Así que si encuentro 15 m. entre reunión y reunión, ¡me veo una clase de algo que me interese!
¿Por qué me resulta fácil? Porque ya he definido lo que me interesa, tengo el navegador abierto, la pestaña abierta, y solo tengo que darle al play.
Comparte en público lo que te interesa y atraerás personas con los mismos intereses
Me encanta conectar con personas que tienen intereses parecidos, pero, como muchas veces no sé dónde están ni quienes son, la mejor manera de encontrarlas es… ¡compartiendo en público!
Si compartes lo que piensas y lo que aprendes, a través de tus redes sociales, tu blog, o los canales que utilices, atraerás a personas con los mismos intereses. ¿No te parece genial?
Algunos se acabarán convirtiendo en amigos digitales, otros pasarán al plano analógico, y todos contribuirán con nuevos materiales, autores, libros, artículos, etc. que engrosarán la lista de cosas que aprender de ese dominio particular.
Te expondrás no solo a contenidos, sino también a personas. Y si trabajas durante un tiempo en un área concreta, te acabarás convirtiendo en una autoridad en la materia (como cuento en Influencers)
No le tengas miedo a exponerte y a compartir, a regalar a los demás lo que sabes. Como dice Cipri Quintas, dar es infinito, nunca se acaba.
Convierte tu baño en una escuela oficial de idiomas
Otro día te lo cuento con más detalle. La versión corta es que el otro día fui al médico con mi hija adolescente, y, como teníamos un par de horas de espera y estaba insoportable, tuve que elegir entre pasarme dos horas discutiendo con ella… o generar alguna alternativa 🙂
Se me ocurrió ir al maletero a por un libro (otra de las ventajas de tener un libro en el maletero) para distraerla de su presa (yo) y, mientras tanto, me puse a estudiar italiano con Duolingo, que es una aplicación que usa mi hija para estudiar alemán y que yo no había usado nunca.
Me encantó.
Me pareció absolutamente genial cómo está diseñada, lo fácil que es comenzar con un nuevo idioma, y la manera en que estimula el aprendizaje.
Ella se leyó 75 páginas de Educar en el asombro y yo recuperé mi interés por los idiomas gracias a Duolingo, a dos horas de espera, y a mi adorable hija adolescente.
El caso es que me he propuesto invertir mi tiempo en el baño de este año (soy bastante regular) a estudiar idiomas. He comenzado por repasar inglés, recuperar el poco francés que sabía, y empezar con italiano y sueco (que para eso trabajo en una empresa sueca)
A final de año te cuento, pero ahora mismo estoy hipermotivado. Nunca sabes dónde puedes encontrar una oportunidad de aprendizaje. Recuérdame también que te cuente mi último viaje a Londres, que estuvo lleno de aprendizaje.
Convierte tu desplazamiento al trabajo en una escuela de negocios
El coche siempre ha sido para mí una especie de escuela de negocios.
No solo porque tengo tiempo para pensar, igual que cuando salgo a correr, sino porque puedes tener una lista de podcast o capítulos de cursos y escucharlos mientras conduces.
El último curso de Udemy lo he hecho conduciendo. Estoy aprendiendo IA con Lex Fridman conduciendo. Y estoy descubriendo autores interesantes mientras conduzco.
No lo hago todo el rato. No soy tan paranoico. También me gusta escuchar música. Y hay días en los que no quiero ni podcast ni música. Solo pasar un rato en silencio.
Suelo aprender en los trayectos de ida al trabajo. A primera hora, cuando estoy más fresco, y dejar la vuelta para la música o el silencio.
Si vas en transporte público tampoco tienes excusa, escuchar un buen podcast siempre será mejor que estar mirando notificaciones en el móvil 😉
Encuentra momentos de hoja en blanco
Me vas a decir que es imposible. Pero… no es verdad.
No conozco a nadie tan ocupado que no pueda reservar un par de horas a la semana para pensar acerca de algo y escapar de la rueda del hamster.
Es mejor hacerlo fuera de la oficina. Sin distracciones. Sin nadie. Sin ordenador. Solos tú, un papel y un boli. Si es en una cafetería/terraza/parque casi mejor.
Usa ese tiempo para tratar de resolver o enfocar un problema. Dibújalo, estructura las ideas, piensa acerca de ellas con libertad.
Yo comencé a hacerlo el año pasado, y usé ese tiempo para rediseñar algunos enfoques para el trabajo y me sirvió de mucha ayuda. Es tiempo de mucha más calidad y foco. Te lo recomiendo.
Puede ser difícil de explicar que te vas a trabajar a un bar, con una hoja y un boli, pero la diferencia es abismal.
Dedica un pomodoro al día a aprender
Ya te hablé antes sobre la importancia de trocear el aprendizaje. Ahora le toca a la constancia. Mi recomendación: adquiere (contigo mismo) el compromiso de dedicarle 30 m. al día a aprender.
En mi caso uso una aplicación de hábitos en el móvil y éste es uno de ellos, aunque no siempre lo consigo.
Busca tu mejor momento.
Puedes levantarte 30 m. antes que los demás y usarlos para aprender, encontrar un momento tras el almuerzo, o estudiar antes de acostarte.
Yo pienso que lo mejor es hacerlo a primera hora. Madrugar ayuda, y el deber cumplido te dará mucha energía para el resto del día. Pero depende de tu biorritmo, de tus horarios de trabajo, de los horarios de tu familia-hijos-coles, etc.
Encuentra el momento del día en el que te sea más fácil y trata de ser consistente. Al cabo de los meses, pomodoro a pomodoro, notarás un progreso increíble en cualquier materia que estés trabajando.
Mirarás hacia atrás y notarás la diferencia.
No tienes porqué estudiar siempre
Relájate 🙂
Aunque me veas así de intenso en este post, yo no me paso estudiando todo el día. De hecho no estoy estudiando casi nunca. Hay días que nada, otros días 30 m., y algún día perdido algo mas.
Me paso todo el día corriendo de un sitio para otro, como tú.
Y sí, me encanta estudiar. Me encantaría tener un par de años sabáticos para estudiar, pero también me gusta la marcha del día a día. Pasar todo el tiempo que puedo con la familia, divertirme en el trabajo y enfrentarme a nuevos retos, disfrutar mis clases en la universidad… Y conciliarlo todo no es nada fácil, por eso he invertido tiempo en probar metodologías de productividad para construir mi propio sistema.
Pero si te sientes cansado es importante darse cuenta, y parar, tomarse un respiro, ganar perspectiva, retirarse a la cueva del zorro y afilar la sierra. Usa los ciclos del año como herramientas, descansa y toma perspectiva en verano y haz retrospectiva en Navidad.
Y hasta aquí este post. Espero que estos consejos te sean útiles y te sirvan para construir tu propio sistema de aprendizaje!
Si te gustó este artículo
y quieres convertir tu vida en una gran aventura 🏝