Enero ha sido un mes intenso, gaseoso, tanto que está volando febrero y todavía no compartí contigo aprendizajes de enero 🙂 Así que… ¡aquí voy!
El 3 de enero arrancamos con la Vida Gaseosa, una columna de opinión en D+I de El Español (¡gracias por contar conmigo!). Era algo que llevaba tiempo rumiando (el cambio de estado del ser humano) y que tenía ganas de compartir. ¡Espero que te guste!

El 14 de enero volví a Murcia, de nuevo de la mano del gran Dimas, a su (super) Innspire, en esta ocasión para hablar de IA a 50 empresarios. Es impresionante la que está liando Dimas, allí y en otras provincias (muy pronto +).
Fue muy chulo hablar en medio de un centro comercial, es algo que no había hecho todavía 🙂
Conocí a personas muy interesantes, es un grupo con mucha energía, espero coincidir con ellos de nuevo.

Lunes inspiradores y más allá de la marca personal
También ha sido un mes de podcasts.
Participé en el de David Tomás (cofundador de Ciberclick y autor de La empresa más feliz del mundo), y en Mas allá de la marca personal, de los grandes Javier Millán y Fernando Robles. Fue genial ser parte de su proyecto.
Te dejo, por si te aburres, la intervención en Lunes inspiradores, con David Tomás.
Mis libros de enero: Kawakami, Camus y Sebastián
Me ha cundido.
Tenía curiosidad por leer a Hiromi Kawakami, y me leí El cielo es azul, la tierra blanca. Una historia de amor. Me gustó mucho. Lo volveré a leer pronto. Y leeré más de Kawakami, me gusta la narrativa japonesa.
Oficialmente se llamaba profesor Harutsuna Matsumoto, pero yo lo llamaba «maestro». Ni «profesor», ni «señor». Simplemente «maestro». Me había dado clase de japonés en el instituto. Puesto que no fue mi tutor ni me entusiasmaban sus clases, no conservaba ningún recuerdo significativo suyo.
Kawakami
Como parte de mi Libroterapia tenía que leer a Camus casi por obligación, el año pasado leí El extranjero, y tampoco que pareció una locura (lo mismo no estaba preparado), pero… La peste, me pareció increíble… Hay trozos que los lees y piensas… jamás podría escribir algo así 🙂
Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada. Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir a una ciudad dichosa.
camus
Y, por último, leí un libro sobre El problema de la consciencia, de Miguel Ángel Sebastián. Es un libro duro, pero necesitaba leer sobre este tema para intentar utilizarlo con propiedad. Seguiré leyendo sobre consciencia, porque tengo a Tononi y a Smuts esperando, que se me hicieron bola en su día.
Ahora mismo estoy leyendo cuatro libros a la vez, te cuento los que termino el mes que viene.
Y como te decía en mi post sobre aprender rápido, convertí el baño en una escuela oficial de idiomas 🙂 (¡gracias Duolingo!) y estoy devorando en Udemy (mientras conduzco) todo lo que tiene que ver con comunicación, que es la competencia transversal que trabajaremos este año en nuestra tribu en Securitas.
Pronto te contaré más. ¡Feliz febrero!
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