El arte de la memoria ha sido uno de los mayores descubrimientos de mi vida. Desde que descubrí su potencial, no he dejado de aplicarlo. ¿Sabes de qué te hablo? ¿Sabes cómo aplicar el arte de la memoria a tu vida? No te lo pierdas, ¡aquí te lo cuento todo!

¿Qué demonios es el arte de la memoria?
Resumiéndolo al máximo, el arte de la memoria consiste en la capacidad de asociar un lugar físico con un «lugar mental» (una idea, concepto o palabra), creando un «ancla mental» entre el lugar físico y el concepto que facilita el recuerdo.
De esta manera, recordar, es solo recorrer con la imaginación un espacio conocido (un palacio, un templo, un teatro, ¡o tu propia casa!), dirigir el pensamiento hacia los lugares donde has guardado cuidadosamente aquello que quieres recordar, y sacarlo de allí en el orden que tú quieras.
Se trata de crear asociaciones en la imaginación (como en la imagen de abajo) que permitan recrear un universo de conceptos en la mente.

¿Cómo surge el arte de la memoria?
Lo he contado en alguno de mis libros y en muchas conferencias, pero aquí va la historia resumida.
Cicerón nos cuenta en De oratore una anéctoda de Simónides de Ceos, poeta griego nacido en el s. VI a. C., a quien se atribuye la invención del arte de la memoria.
¿Qué pasó con Simónides?
Simónides fue invitado por Scopas, una persona acaudalada de la época, a recitar en su palacio durante un banquete. A Scopas le disgustaron los versos escogidos por Simónides, en honor a los dioses Cástor y Pólux, por considerarlos dioses menores para la ocasión. Por esa razón, le amenazó con pagarle solo la mitad de lo acordado.
En ese momento, dos misteriosos visitantes —Cástor y Pólux según la leyenda— reclamaron a nuestro poeta a la puerta y mientras este acudía el techo del palacio se derrumbó y todos los comensales murieron sepultados.
La tradición dice que Simónides pudo reconocer aquellos cuerpos sin vida por la posición que cada uno de ellos ocupaba en torno a la mesa. Había aprendido a desarrollar su memoria creando imágenes mentales y situándolas en un espacio concreto, de modo que estas le ayudaran a recordar el orden de su discurso.
De esta manera, recitar para él, era cómo recorrer en su memoria los distintos «lugares» físicos que previamente había asociado con cada parte de su exposición. En el caso concreto del banquete de Scopas, había utilizado la posición de las personas alrededor de la mesa.
Conferencias sobre el arte de la memoria
Cómo utilizar el arte de la memoria para estimular la creatividad
Aquí te cuento lo que pienso sobre este maravilloso arte.
Una TED talk sobre el arte de la memoria, por Joshua Foer
La idea del palacio de la memoria es crear este edificio con los ojos de su mente y poblarla de imágenes con las cosas que se quiere recordar. Cuanto más loca, descabellada, graciosa, escabrosa y apestosa sea la imagen, más inolvidable será. Este es un consejo que viene de hace más de 2000 años, a los primeros tratados de memoria
Joshua Foer
La técnica del palacio de la memoria
Libros y autores sobre el arte de la memoria
Yo llegué al arte de la memoria gracias a Giordano Bruno e Ignacio Gómez de Liaño (a quien he tenido la suerte de conocer).
Estudiaba en aquella época 3º de filosofía y me topé con Mundo, Magia y Memoria, de Bruno, y me alucinó. Después descubrí a Frances A. Yates y su Giordano Bruno y la tradición hermética, y ahora me estoy leyendo El arte de la memoria, también de Yates.
Prometo hacer una infografía, pero por dejarte algunos nombres, este arte nos llega a través de Simónides de Ceos, Metrodoro de Escepsis (y su memoria a partir de los decanos de los signos del zodiaco), Cicerón y Quintiliano (aplicándolo a la retórica), San Agustín, Santo Tomás de Aquino y Alejandro Magno (aplicándolo a la ética), Ramón Llull (y sus ruedas giratorias), Giulio Camillo (y su teatro de la memoria) y Giordano Bruno (y su reforma mágica de la imaginación).
Ejemplos personales de aplicación del arte de la memoria
Como su aplicación no es sencilla, te cuento algunos ejemplos personales.
Ruedas giratorias para «reformar la imaginación»
Comencé creando un sistema de ruedas giratorias (del tipo a las de Ramón Llull), para estimular la creatividad y dirigir el pensamiento a través de la combinación de símbolos (creatividad por combinación). Lo recogí en mi libro Las ruedas mágicas de la creatividad y, a partir, de ahí, he ido puliendo el sistema.


Mi pentágono 🙂
Este es uno de mis sistemas favoritos, usar los vértices de un pentágono para tener mis proyectos personales siempre en mente. Te puede parecer una tontería, pero no imaginas la energía que puedes movilizar y cómo tu subconsciente trabaja para ti por el simple hecho de crear anclas a nivel consciente. Si quieres saber más aquí va mi pentágono, una herramienta imprescindible.

Un mapa mnemotécnico para emprender sueños
El pentágono no era solo un pentágono. Era la pieza central de un mapa mnemotécnico, que desarrollé en mi libro Tu empresa secreta, y que se puede recorrer fácilmente con la imaginación, ya que se trata de un mapa (del tesoro) con una serie de herramientas para el aventurero-emprendedor:
- Antorcha = el pensamiento que guía a la inteligencia
- Pentágono = el poder de la asociación / memoria
- Perro = el Sistema Reticular Activador Ascendente
- Brújula: nos recuerda siempre dónde está el norte
- Poción: nos obliga a pensar a lo grande
- Gafas: permite cambiar de estilo de pensamiento
- Botas: nos orienta a la acción
- Teléfono rojo: nos fuerza a salir de la zona de confort
- Corazón: activa la inteligencia del corazón (la forma suprema de inteligencia)
- Cocodrilos: nos recuerdan que el miedo y la duda son dos poderosos aliados

Un tablero para competir en el futuro del trabajo
Mi última aplicación ha sido utilizar un tablero, recogido en mi libro El antídoto, para representar 12 competencias profesionales-personales a modo de personajes en un campo de batalla. La posición de cada uno de ellos en el tablero facilita recorrerlos con la imaginación y tenerlos siempre presentes. En el libro, cada personaje tiene un capítulo, una entrevista, una carta, y una posición de combate.

¿Quieres saber más?
Yo sigo en pleno estudio del arte de la memoria, así que iré actualizando este post con todo lo que aprenda. Descubrí este fascinante arte hace más de una década y ¡sigo aprendiendo a utilizarlo!