Nadie tiene la receta de cómo crear un equipo épico, que deje huella, ¡y yo menos!, pero, en retrospectiva, sí que puedo reconocer dos equipos épicos en mi vida profesional e identificar algunos de los ingredientes que comparten.
Los equipos épicos no son fáciles de construir, ni sencillos de mantener en el tiempo, y no siempre la historia sale bien (aunque siempre se vivan aventuras insólitas e inolvidables), pero vale la pena intentarlo, porque un equipo épico… ¡es capaz de hacer cosas épicas!
Y hemos nacido para hacer cosas épicas, porque ya sabes (no me canso de repetirlo) que la mediocridad es un fracaso de la imaginación.
En retrospectiva, en los equipos épicos:
- Existe un sueño compartido, ya sea transformar la vida de las personas con discapacidad (12 años épicos), cambiar la cultura de una organización (4 años épicos) o crear un Buddha artificial (un viaje que acaba de empezar). Sin sueños no hay épica posible.
- Se gestiona mediante un liderazgo compartido. Diferentes personas dominan diferentes «armas-técnicas-kung fu», y el resto del equipo les respeta por ello. Ya sea captar fondos, resolver problemas o sabérselo todo sobre un área o una tecnología. A mí me gusta el modelo ninja (4 personas – 4 armas). La autoridad (y no el poder) es la clave en la toma de decisiones.
- Existe afinidad personal entre las personas del equipo, que se manifiesta a través de generosidad, confianza y respeto. En los equipos épicos… ¡hay buen rollo-química-empatía!
- Cuando uno de los miembros crece, crecen todos los demás, porque es difícil no crecer en un equipo en desarrollo y porque se vive con alegría el crecimiento del otro.
Siempre lo he dicho, no hay NADA más importante que invertir en la cultura, porque culturas corporativas ricas en grandes sueños, colaboración, generosidad, crecimiento y empatía, hace que proliferen los equipos épicos, y es mucho más divertido trabajar siendo parte de uno de ellos.
Ahora estamos construyendo un equipo épico, deseadnos suerte, ¡porque soñamos con crear grandes cosas juntos!