Te voy a hacer spoiler. La respiración abdominal consiste en respirar con el abdomen.
Complicado, ¿eh? 🙂
Muy sencillo, llevar el aire al abdomen
Muchas veces explicamos de forma compleja cosas que son muy sencillas.
Si vas al médico y tienes la laringe roja… tienes laringitis, si es la faringe, faringitis, si es el oído, otitis. Y así sucesivamente. Padeces del nombre técnico de lo que tienes inflamado-rojo acabado en -itis.
Con la respiración y el yoga ocurre algo parecido.
Se suelen usar nombres técnicos, o palabras sánscritas, para hablar de la respiración y hacen que parezca un ejercicio complejo, pero todos sabemos respirar (si no estaríamos muertos), aunque no solamos ejercitarlo de forma consciente.
Los ejercicios respiratorios en yoga se llaman prāṇāyāma, que es el control del prāṇa, y tienen como bien convertir la respiración en tu aliada.
En este caso, la respiración abdominal consiste en inspirar llevando el aire al abdomen, hinchándolo como una rana, y después, poco a poco, dejar que salga lentamente por la nariz.
Tan sencillo como eso.
¿Necesitas algo especial para practicar la respiración abdominal?
No.
No necesitas comprarte nada para hacerlo, ni una colchoneta de yoga, ni irte a la India, ni sentarte en pose meditativa.
Tan solo necesitas estar más o menos cómodo, sentado o acostado, inspirar, hinchar el abdomen, y soltar lentamente.
¿Qué te aportará la respiración abdominal?
Tu respiración te permite hackear tu cuerpo.
Si respiras tranquilo, le estás diciendo a tu cuerpo que estás tranquilo, que no tiene de qué preocuparse, y, poco a poco, se tranquiliza.
Es útil en cualquier momento, y clave en situaciones de estrés.
Respirar te devuelve el control.