Dentro de mi plan de aventuras de este verano ya terminé La isla del tesoro, y solo le reprocho una cosa a Stevenson: ¡el no haberse extendido tres veces más! Se me quedó algo corto. Me hubiese gustado que las aventuras de Jim, John Silver, el doctor Livesey, John Trelawney, etc. a la caza del tesoro del capitán Flint durasen mucho más… 🙂 y profundizar más en personajes como Ben Gunn y Billy Bones.
El libro es mucho más chulo de lo que lo recordaba de niño…
Lo mismo me está pasando ahora con Verne y sus Veinte mil leguas de viaje submarino, me está fascinando, y me ha llevado a una especie de revelación… ¡estoy perdiendo palabras! (es lo que tiene leer solo libros de Empresa durante algunos años). Y me preocupa sobre todo porque las palabras son la base del pensamiento simbólico, y la creatividad y el pensamiento nacen de la combinación de símbolos. Así que creo que tras mi plan de aventuras necesito volver a la filosofía, al menos un rato, y pensé empezar con Zygmunt Bauman, así que ya puse a Bauman en parrilla, tras Stevenson, Verne y Salgari.
Si te apetece te voy contando por aquí, por si te sirve de ayuda. Un abrazo nocturno.