Te voy a confesar algo.
Aunque me gusta el running, el 90% de los días que salgo a correr lo hago contra mi voluntad. La mayoría de las veces muy en contra de mi voluntad.
Me gusta correr en una tarde de abril o septiembre, en medio del campo y bajo un precioso cielo azul. A todo el mundo le gusta correr así, incluso aunque no te guste correr.
Pero cuando preparas una carrera, al menos lo suficiente como para no hacer demasiado el ridículo (que es mi caso), te toca entrenar y seguir un calendario mínimo, que para una maratón puede oscilar entre 16-18 semanas.
En Madrid las carreras son en marzo (la media) y abril (la maratón), así que las preciosas tardes de septiembre no cuentan y como esperes a las de abril ya vas tarde 🙂
Así que toca madrugar en diciembre y enero, salir de tu cama calentita de toda la noche, enfundarte tus zapatillas, y salir al frío y húmedo invierno a trotar unos cuantos kilómetros sin entender muy bien por qué lo haces.
Esto como imaginas requiere una gran energía, en la regla de los 20 segundos ya te daba un consejo para minimizar la «energía de activación»: Ten todo preparado para que cuando suene tu despertador no tengas que tomar ninguna decisión, por pequeña que sea.
Si no sabes dónde están los calcetines o la braga del cuello, ya tendrás una excusa convincente para no salir de tu cama. Así que deja todo listo la noche anterior.
Si tu pareja te lo permite, acuéstate con la ropa de deporte, siempre que no te la hayas puesto para correr el día anterior 🙂
Otra opción es salir a correr después de un duro día de trabajo, regresar a casa, acostar a los niños y cuando estás pensando en disfrutar del hogar te pones las zapatillas y sales a correr, mientras la mayoría de los seres humanos se dirigen a sus sillones a dormitar viendo series.
Es cierto que cuando vuelves a casa te sientes genial, pero salir de ella… ¡no apetece en absoluto!
Si a ti también te pasa, te voy a dar una razón objetiva para hacerlo.
Ahí va:
Hacer running aumenta tu empleabilidad.
En mi caso particular, si yo fuera headhunter, ¡contrataría runners!
¿Por qué?
Porque un runner acredita experiencia demostrable en algunos valores que considero exigibles para cualquier puesto. Hacer running no solo es un ejercicio físico, es un ejercicio de la voluntad.
Hacer running es una ventaja competitiva en un mercado laboral donde escasea la determinación.
En enero, un día cualquiera a las 6:30 de la mañana, yo no hago running, ¡ejercito mi voluntad!
Por eso el running no es solo una moda, ni una adicción a la dopamina. ¡Es mucho más! Es disciplina, resiliencia, superación, determinación, es sentir dolor e ignorarlo, es seguir corriendo cuando te fallan las fuerzas, es querer mejorar cada día, es compartir historias míticas de carreras con otros runners… (si es con unas cañas mejor) y también es levantarte cuando no te apetece y salir a la calle cuando no te apetece.
Y hay algo hermoso en derrotarte a ti mismo. En demostrarte que hay voces que eres capaz de silenciar y sobreponerte cuando una parte de tu cuerpo ya se ha rendido. En muchas ocasiones es tu corazón, y no las piernas, el que corre por ti.
Por cierto, este post lo escribí corriendo, el domingo en el que todos los telediarios anunciaban nieve y algunas carreteras se colapsaban. Era uno de esos días en los que no me apetecía en absoluto correr, pero tenía que completar los km. de la semana y esta fue mi reflexión del día 🙂
En realidad mientras corro hago un montón de cosas, resuelvo problemas del trabajo, escribo libros, se me ocurren productos o planeo perversas maquinaciones. Porque, por si te hacía falta otra razón para correr…
¡Correr estimula tu pensamiento creativo!
Movimiento y pensamiento van conectados. Si tras un día intenso te atizas 10 km. al trote tu mente liberará un montón de basura, generará espacio y… ¡la creatividad necesita espacio!!! Si quieres sentir una oleada de energía creativa… ¡sal a correr a su encuentro!
Ya te hablé de walking creativity. Si corres a un ritmo normal tendrás running creativity.
Así que, cuando salgas a correr con un tiempo intempestivo y te cruces con otros runners, ya sabes, a ellos seguramente tampoco les apetece correr, solo están ejercitando su voluntad, mejorando su empleabilidad y estimulando su creatividad.
Headhunters del mundo!! Contratad runners!! Contratad coraje (que viene de corazón), determinación y resiliencia!
Sí, se me ha ido un poco la pinza, pero tenía que contártelo 🙂
Un abrazo runner y a por la 4ª Madrid Rock & Roll de este año!!!
Me ha encantado y me he sentido muy identificado. Comparto todo lo que has dicho. Te animo a que pruebes una carrera por montaña (trail), espectacular y adictivo.
Haber si nos vemos en alguna prueba. Gracias por iluminar mi camino. Un saludo
Gracias a ti Dani por todo el apoyo!!! A ver si coincidimos en alguna carrera y me apunto lo del trail!! 🙂 abrazos
Hola Carlos, me he reído mucho con tu post. Me identifico al 100% !!! Incluso hago la técnica de los 20 segundos !!! .. y te digo mas, el runner (antes era salir a correr, jaja, yo corro desde hace 13 años cuando éramos los raritos y te decían que correr era de cobardes) tiene capacidad de sacrificio, superación, de retarse a ti mismo, de descubrir que puedes superar tus límites.
Excelente post, voy a publicarlo en mi linkedin. Un abrazo !!
Gracias José Ángel! me alegra que compartamos visión y minimicemos energía de activación 🙂 abrazos!!!
Carlos… muchas gracias por el artículo (además lo comparte mi líder) así que ya estoy con la ropa puesta para dormir, despertar y retomar esos momentos donde como dices, aparecen mas que en ningún otro lado, destellos de creatividad, y a mi me urgen. Yo me olvidé la estrategia de correr, quizá por el nuevo bebé que me despierta de madrugada, quizá por que el frío es más fuerte hoy en día. Busqué concentrarme en el trabajo para no perder la creatividad, pero no hay como salir a correr para mantenerla siempre. Nuevamente, muchas gracias por el artículo.
Gracias por tu feedback Juan Miguel! A recuperar la calle! El peor sitio para que surja tu creatividad es tu puesto de trabajo 😉 un fuerte abrazo
Contratados!!!!